Uno de los mayores desafíos en la producción porcina es mantener altos niveles de consumo, ganancia media diaria de peso y una óptima conversión alimenticia a lo largo de todo el año. En parte, esta variación se debe a las condiciones climáticas y precisamente a la temperatura ambiente, la cual en nuestro país fluctúa no solo según la estación anual, sino también la ubicación geográfica.
Como hemos comentado en artículos anteriores, el cerdo es una especie cuya temperatura de confort varía según su edad. Las categorías más jóvenes, como los lechones, son más susceptibles a las bajas temperaturas y tienen menor tolerancia a las fluctuaciones de ésta durante el día, mientras que aquellas categorías mayores (animales en etapa de engorde y adultos) si bien desarrollan mayor tolerancia a las fluctuaciones diarias, su temperatura de confort es menor, oscilando entre los 19 y los 24 grados centígrados.
Consecuencias del calor sobre la producción
Durante la época estival, donde las temperaturas superan ampliamente la temperatura de confort de las categorías mayores, se observa un impacto negativo en el consumo de alimento, debido a que los animales buscan disminuir la generación de calor metabólico generado por los procesos de digestión. Se ha reportado que esta disminución en el consumo de alimento puede ser de hasta el 20 al 30 % en comparación al consumo en condiciones de termo neutralidad. Esta caída en el consumo provoca, en el caso de los animales en fase de engorde, una merma en la ganancia media diaria, mientras que, en el caso de las cerdas lactantes un menor consumo de alimento genera una baja en la producción de leche y un mayor porcentaje de pérdida de peso en la maternidad.
¿Cómo podemos disminuir el impacto del bajo consumo en verano en la producción?
Algunas herramientas nutricionales que ayudan a reducir esta baja en la producción incluyen:
- Asegurar el aporte adecuado de agua fresca y de buena calidad, considerando el consumo de cada categoría por día, el caudal necesario por minuto y la relación fuentes de agua/ cantidad de animales presentes.
- Utilizar dietas concentradas o dietas de verano. Se denominan así a las dietas que poseen, por kilogramo, un mayor aporte de nutrientes, entre ellos de energía. Este tipo de dietas tienen el objetivo de cubrir las necesidades nutricionales de los animales en épocas donde el consumo disminuye.
- El aumento de los niveles de energía se puede lograr mediante la inclusión de aceite, grasa o azúcar en las dietas. Estas fuentes poseen mayor concentración de energía bruta y alta digestibilidad (> 80%), por lo cual su aporte de energía digestible es mayor que las fuentes de almidón, disminuyendo así la producción de calor metabólico que genera la digestión.
- Para aumentar la palatabilidad de las raciones, y por ende su consumo, se puede incluir de manera estratégica el uso de saborizantes o azúcar.
¿En qué momento del año resulta beneficioso el uso de este tipo de dietas?
Dependiendo de la zona geográfica donde se ubique la granja y características climáticas de la misma, por lo general se sugiere comenzar con su utilización cuando la temperatura ambiente supera el rango de temperatura de confort de los animales, siendo en nuestro país desde el mes de octubre hasta marzo. De todas maneras, ante cualquier duda se sugiere contactar a su empresa proveedora de nutrición para realizar los ajustes correspondientes.
Referencias a su solicitud.
M.V. María Victoria Cicarelli – Técnico Comercial Nutrifarms